¿Qué se puede hacer en un San Valentín en que uno no está enamorado?
1) Escuchar
Mad Season de Matchbox Twenty.
2) Firmar un contrato como garante de un amigo y escuchar largo rato (las persianas están casi bajas y al mediodía eso produce penumbra fuera del tiempo de las siestas de la infancia) a la dueña relatar los detalles de cómo su hijo se va a casar con una Licenciada en Literatura Portuguesa, en Belo Horizonte (la misma profesión que la narradora-madre), y el ataque que le dió a la última novia argentina del chico ("que lo llamó para decirle de todo"), pero ahora quiere que la inviten al fasto acontecimiento en que habrá siete madrinas y siete padrinos, y
-obviamente- hay conspiración abierta para que no vaya. Escuchar también, en las entrelíneas del relato, las dudas sobre cuánto durará el enlace ("
aprovecha y cásate con todo, que luego si te divorcias, no te casás más, le digo, por la cantidad infinita de documentos que le han pedido allá. Los brasileños son más papeleros que nosotros") y responder que "no", cuando se pregunta "¿Es verdad que las chicas argentinas de ahora son todas histéricas?"
3) Reírse leyendo a Amalie Nothomb.
4) Recibir el anuncio -proveniente de tierras lejanas- de que un sitio web quiere ofrecerte un trabajo.
5) Alegrarse por enésima vez de que el ombú derribado por una tormenta en La Recoleta se fortalece y crece cada vez más ("que bueno que el ombú es una hierba, sino no rebrotaría así", dice la voz de la mente, otra vez más).
6) Sentir ardor en la panza (pero que no son "mariposas")
7) Hablar largo rato sobre qué hemos logrado averiguar del déficit de oferta eléctrica en Latinoamérica.
8) Sonreir al enterarse que alguien a quien uno nunca ha visto ha soñado con uno (soñado que uno está cenando en Lima, rodeado de un "fuerte" de libros, que tiene el pelo larguísmo y blanco, y no hay plato en la mesa).
9) Discutir con alguien en Sao Paulo sobre chamanismo y magia urbana en la región. Soprenderse al saber que ciertos pueblos indígenea viven en la inmensa ciudad brasileña porque ésta creció tan rápido y, simplemente, "los envolvió". También que comienza hacer furor una terapia "para todo" que consiste en darse inyecciones intramusculares de la propia sangre (¡puaj!).
10) Recordar que se soñó con tres mujeres embarazadas. Y que una, muy cómplice, dice que a la salida iba a pasar a contar cosas importantes. También que se caminaba por un barrio de un lugar otro.
11) Sentir que amigo que entró a trabajar a diario estrella que se lanzará en marzo está muy bien, lleno de entusiasmo.
12) Comprarse, trucha, "I'm not there" (el docudrama sobre la vida de Bob Dylan) para ver a Cate Blanchett haciendo de Dylan.
13) Comer pollo frío con mucho gusto.
14) Pensar qué dice la tristeza que se siente.
15) Chatear con una amiga que vuelve de vacaciones.
16) Volver a escribir una novela.
Acciones en un paréntesis entre pérdidas de la cabeza