Lo más difícil es ser simple. Y no estoy haciendo "burrismo" zen. Sólo miro, tan contento como admirado, el regalo (el envase que lo contiene) que Ariel -hoy- en La Sede, me entregó. Blanco, rojo algo ladrillo y tonalidades de gris. Cosa, gráfica, robusta y elegante a la vez. La palabra "cokolada", con esa C a la que se le vuela el pelo, entrega dos pistas: una, que se trata de un idioma centroeuropeo (esloveno) y, dos, que si no refiere a una coca helada (y al tacto no parece serlo), la siguiente palabra afín es "chocolatada":
-Está buenísimo. Es chocolate con sal...
-Noooo...
-Sí. Es chocolate y viene con granitos de sal. No sabés...
-Ah. Entonces lo que se ve en la foto son las salinas de dónde sacan la sal. A ver. Acá dice "Portoroz". Ahí las deben tener.
-No, Portoroz es donde ellos llegan al Mediterráneo, pero las salinas están en pueblito por ahí.
Así que, ¡una barra de chocolate con sal! Simple. Como la palabra soja en esloveno, "sojin", o masa de cacao, "kakavova masa". Simple, como mezclar el sabor a mar con el sabor a chocolate. Guau.
Chocolate + Mar