La suerte, esa chica que sonríe -generosa- bajo su otro nombre: la buena fortuna, tiene muchas formas de presentarse. A Blojeans le toca recibirla en varias de ellas. Una es la de los amigos talentosos. Como muestra, con pocas horas de diferencia, recibe dos trabajos, de esos hechos por que sí, por placer y gusto de hacer, dignos de ser publicados en cualquier parte del mundo. Ambos, por casualidad, ligados a escritores. Arriba un collage sobre Marcel Proust, de Florencia -Flor- Gutman. Y abajo otro -tortuoso en su luminosidad- sobre George Orwell, de Hugo Robles. Gracias, amigos.

El mundo, ese lugar todavía tan vacío de creaciones