viernes, febrero 23, 2007

Sangre por castillos en el aire

¿Qué es lo que le da una valor "icónico" a una imagen? La respuesta que la peli de Clint Eastwood, "Banderas de nuestros padres" (sobre la manipulación de una fotografía obtenida en el ataque estadounidense a Iwo Jima en la II Guerra Mundial) entrega es: una conexión emocional colectiva con lo visto, amplificada hasta la obscenidad por un sistema de medios y un grupo de poder. Hay ironía en el asunto, porque -ya establecida como ícono- la imagen es suceptible de "robo", de comentario, de "inversión". Es lo que hace el caricaturista Bennett, que replica la postura de los soldados clavando la bandera en la zona más alta de la isla, ahora intentando evitar que un castillo de naipes (Irak) se les termine de venir abajo. Por eso, si hay ladrones nobles, esos son los (algunos) sátiros de la tinta. Es que su forma de robo es paradójica: Roba algo presuntamente valioso y así nos devuelve algo verdaderamente valioso.

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