¡Te conozco, Mascarita!
La presunción de que usando una máscara puedo actuar como otro, supone la idea de que el parecerme a mí mismo es lo que me obliga a ser yo mismo. Es decir, que me reconozcan es lo que me impone ser como me han conocido. O sea a fingirme. Provoca un dejo de inquietud enterarse que se trata de una especie de inercia. La ironía es que son las circunstancias la que ponen a prueba la consistencia de mi personaje. Que somos muchos por dentro y tenemos que elegirnos día a día (eso, si la sociedad y el inconciente nos dejan).Fotografía que forma parte de la exhibición "Máscaras de las Américas" en la galería Throckmorton de Nueva York. Viajeros con dólares en el bolsillo, abierta hasta el 10 de marzo.

























