martes, julio 17, 2012
jueves, julio 12, 2012
Un trabajo de dibujo magnífico. Joe Sacco es un continuador dotadísimo de la escuela de Robert Crumb y su trabajo en Días de Destrucción, Días de Revuelta –libro de comic corealizado con el ganador del Pulitzer, Chris Hedges–, nos muestra qué ocurre y cómo viven los millones de estadounidenses en lo que Hedges ha bautizado como "zonas de sacrificio": barrios, pueblos y ciudades de dónde la industria se retiró (por obsoleta o por ir a China) y en los cuales las autoridades se limitan a pagar el cheque de la seguridad social y proveer la presencia, esporádica, de la policía. Estos verdaderos bolsones de desesperación en los cuales el libre mercado se vuelve darwinismo social y la cooperación es apenas si familiar y de bandas. Se trata de una obra que desciende directamente de la tradición con que William Hogarth, en Inglaterra, mezcló por primera vez pintura, sátira, denuncia, crítica social y difusión, usando las técnicas de imprenta. Cómo comenta un editor del períodico Guardian Online, "una muestra de lo que ocurre cuando el mercado domina sin limitación alguna".
El infierno a la vuelta de la esquina
jueves, julio 05, 2012
Terminó hace dos meses, pero la última retrospectiva de David Hockney es una excusa para ver, así de reojo y al paso, parte de su última obra. Y también para pensar sobre lo que dice el crítico entrevistado: que los paisajes de esta etapa no son paisaje construidos principalmente por esas miradas de 30 segundos, al mirarlo y luego ponerse a empastar la tela, sino con la memoria de ir y venir por un pedazo de un camino durante siete años seguidos. O la de la sobreimposición del recuerdo de lo que se vivenciaba ahí, durante la juventud y la infancia con lo que se encuentra hoy, no únicamente en la realidad, sino en la resurrección o transformación de tal sentimiento. En este sentido sucede que la emoción mete la cola y pinta con ella.
Paysanando
domingo, julio 01, 2012
De la inconstancia de la opinión sobre la belleza: "En la década de 1860, persistía la opinión compartida que debe parecernos sorprendente, de que Botticelli limitaba su atractivo al elegir a mujeres feas. Una sólida historia de pintura publicada en dicha década describía a dichas mujeres como 'vulgares y sin belleza'. El primer inglés que pudo corregir esta opinión fue Swinburne en 1868. Lo que hasta ese momento se había llamado 'torpeza' se convirtió en una 'gracia lánguida y casi dolorosa', y esos rostros sin gracia adoptaron "una belleza enjuta e incorpórea, desgastada al parecer por alguna enfermedad o algún problema natural".(...) En 1870, Walter Pater publicó su famoso ensayo (...) en de The Renaissance (donde) admite que hay Madonnas que podrían parecer 'malhumoradas', pero están de acuerdo a 'un tipo de belleza no reconocido'. Incluso podría decirse que hay "algo en ellas oscuro y despreciable..., debido a las líneas abstractas de los rostros no tienen nobleza...y los colores son pálidos'. (....) Sin embargo, El nacimiento de Venus le recuerda a Ingres, cosa que lo hace moderno (...) En cierto sentido todas estas reclamaciones se pueden resolver en una sola, la reclamación de la modernidad. (...) Y las Madonnas son modernas al estar entristecidas y no alegres por lo que les está ocurriendo". Frank Kermode en Botticelli recuperado.
(Imagen, Chica sobre cama no dibujada)
Las vírgenes malhumoradas