sábado, enero 08, 2011

Cuando uno se cambia de casa encuentra cosas. Olvidadas, perdidas o –las que no entran en ninguna de las categorías precedentes– suspendidas en el limbo de los estantes, cajones, bolsas, sobres o cualquier continente que duerme su sueño hasta el siguiente cambio. Algunas de ellas son de un tipo muy especial: son las que solemos llamar "frases". Sin duda, señal de nuestra confianza empeñosa (el empeño es ilusión más poder) o en la belleza o en la comunicación entre las personas (las anotamos, en general, por ello). La de hoy pertenece a Martín Kovensky: "Hay una especie de novela policial en el arte. ¿De quén soy hijo? ¿De dónde vengo? Hay que averiguarlo".

Puesto a ello. Una primera señal en mi ADN: Bed 1955, Robert Rauschenberg.

Esa novela negra que contiene todos los colores (o no)

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