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Cuando uno se cambia de casa encuentra cosas. Olvidadas, perdidas o –las que no entran en ninguna de las categorías precedentes– suspendidas en el limbo de los estantes, cajones, bolsas, sobres o cualquier continente que duerme su sueño hasta el siguiente cambio. Algunas de ellas son de un tipo muy especial: son las que solemos llamar "frases". Sin duda, señal de nuestra confianza empeñosa (el empeño es ilusión más poder) o en la belleza o en la comunicación entre las personas (las anotamos, en general, por ello). La de hoy pertenece a
Martín Kovensky: "
Hay una especie de novela policial en el arte. ¿De quén soy hijo? ¿De dónde vengo? Hay que averiguarlo".
Puesto a ello. Una primera señal en mi ADN:
Bed 1955,
Robert Rauschenberg.
Esa novela negra que contiene todos los colores (o no)
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