Patrick Chappatte se dedica a hacer de Internet, Google, Facebook y todas esos nuevos vicios y virtudes, sujetos de burla y humor. Con eso bastaría, pero –además– participa en un proyecto que reune a dibujantes que editorializan y hacen humor político en países que están en guerra civil, dictadura y crisis; en busca, no de que se pongan de acuerdo en sus opiniones, pero sí en que un humorista puede elegir una manera de hacer reir que no alimente el odio o justifique el crimen.

(Car)toons con balas de salva