lunes, octubre 05, 2009

(...) Escuché una gran historia hace poco, me encanta contarla, sobre una niña en una clase de dibujo. Ella tenía 6 años y estaba en la parte de atrás, dibujando, y la profesora contó que esta niña casi nunca prestaba atención, pero en esta clase de dibujo sí. La profesora estaba fascinada y se acercó a ella y le preguntó: "¿Qué estás dibujando?", y la niña dijo, "Estoy dibujando a Dios". Y la profesora dijo, "Pero nadie sabe cómo es Dios". Y la niña dijo, "Lo van a saber en un minuto".(...).

Ken Robinson, un experto en educación, contó la anécdota en su presentación en TED (http://www.ted.com/ ), para destacar el hecho de los niños se arriesgan: "Si no saben, prueban...si no estás abierto a equivocarte. nunca se te va a ocurrir algo original". Pero Blojeans lo trae aquí para celebrar la pasión serena, si cabe tal absurdo, con que aprendemos a dibujar, y porque, el fin de semana pasado, se quedó con cara de guauu al ver la solución que el gran Robert Crumb encontró al desafío de dibujar, no sólo un ángel, sino el querubín teyible al que el creador le encargó que le dijera "su ruta" a Adán y Eva (arriba).

Hay algo intuitivo, vital, en dibujar a los mensajeros divinos (agelos) como vórtices giratorios y dejar las alas (invento relativamente reciente, en las Biblias vuelan las plumas, pero no hay plumas adosadas a los seres perfectos) para el relleno de almohadas ecológicas.

La nota en cuestión en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5610-2009-10-08.html

Lo van a saber en un minuto...

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