martes, octubre 28, 2008

Había una vez un hombre que odiaba la ciudad. Quizás tuviera
que ver que durante sus 28 años en las fuerzas armadas de su reino casi siempre hacía cosas solitarias: volar en paracaídas, navegar en canoas, acampar en bosques. O, tal vez, fuera un efecto curioso de su apellido: Woodbridge, Puente del bosque. En él. El asunto es que aquel hombre un día se encontró sin trabajo. No poseía dinero y quería retornar a la soledad de la intemperie que era su amiga. Entonces tuvo una idea ¿y si se convertía en el hombre más tatuado del mundo y hacía de su piel la de una fiera, un leopardo. No por nada más especial que porque era un tatuaje fácil aunque ¿acaso no es -idealmente-un soldado una fiera admirable? Y entonces... http://www.guardian.co.uk/uk/2008/oct/28/scotland
El leopardo bípedo

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal