viernes, julio 04, 2008

Modesto voceador de la Ilustracion 2.0, entusiasta de las artes (altas o bajas, rozangantes o cojas, estelares y barriales) y, mah sí: amante de la búsqueda de un mundo que permita sujetos autónomos y socialmente solidarios (aunque conciente que la inevitable vanidad, orgullo y envidia amenazan siempre con perdernos), Blojeans suele incordiar sin querer a alguno de los no demasiados paseantes que por aquí incurren, cuando se pone un toque frívolo. Alegre. Quelle horreur, ¡gay! Por un extraño efecto alucinatorio, lo confunden con un imitador periférico (y lastimoso, se adivina) de un (arriba) Lapo Elkan (muy heterofiestero él, debe consignarse). Cierto, es cosa muy surmundista ponerse los restos de las luces ajenas. Pero aunque Lapo ni sus seguidores sean santos de la devoción de este blog (que alguna vez creyó verlo caminando por Costa Rica esquina Borges, en Buenos Aires, acompañado de la rubia alta correspondiente), no parece algo deleznable que alguien que nació con baguette de oro bajo el brazo, se dedique a los barroquismos del glamour, considerando la cantidad de puritanos que -con entusiasmo y tantas buenas intenciones de pureza normativa- dan en iniciar guerras, invadir países y condenar todo lo que les asusta. Por diferente. Por incontrolable. Por vida.

http://themoment.blogs.nytimes.com/2008/06/25/mens-fashion-aristocrat-fetishism/?ex=1230091200&en=bc8b7ca48cd26c18&ei=5087&WT.mc_id=TM-D-I-NYT-MOD-MOD-M050-ROS-0608-HDR&WT.mc_ev=click&mkt=TM-D-I-NYT-MOD-MOD-M050-ROS-0608-HDR

Mejor Lapo que Genguis

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