martes, junio 12, 2007

Los desastres de la virtud (punitiva)

"Fe ciega y efecto túnel" se llama esta obra de Jules de Balincourt. Creo que Richard Rorty estaría de acuerdo con su ironía implícita: los que la tienen híper clara y va montados en el arco iris de su certeza, con gran tranquilidad provocan desastres. En su ensayo autobiográfico "Trosky y las Orquídeas" cuenta como se dio cuenta que su mayor sueño infantil, unir verdad y belleza, era imposible. Y, aun asi, siguió adelante.
Antimetafísico, pero no antisocial, para Rorty la filosofía es una caja de herramientas cuyo fin es hacer mejor la vida de las personas, aunque discernir qué es "mejor" varie de época en época y sólo una certeza nos una: disminuir el sufrimiento humano es una tarea en que (casi) cualquiera (que no sea un emperador romano, un serial killler, o un encargado de un fondo de inversión global) puede acordar que posee un valor positivo. Pragmatista, pero no antiutópico, piensa que -pese a la apariencia de que, si de civilización hablamos, todo ya está terminado- en cualquier momento una revolución se puede disparar desde esa frontera en que conviven el lenguaje y las emociones.
Rorty murió el viernes pasado en California y grité ¡¡¡Noo!!! esta mañana al enterarme.

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