viernes, diciembre 30, 2011

Mary Berg, que vivía en el gueto de Varsovia, trazó el retrato de una chica en su clase de dibujo. Era el 27 de febrero de 1941; el gueto se estaba muriendo poco a poco de hambre. "Muchos de nuestros alumnos vienen a clase sin haber comido nada, y todos los días organizamos una recogida de pan para ellos", escribió en su diario. Pero la situación de los modelos era peor. Hacían cola para ganar dinero posando.

Ayer nuestra modelo fue una niña de once años y bellos ojos negros. Mientras trabajábamos, la niña estuvo temblando de fiebre y nos costó dibujarla.

Le dieron de comer. "La pequeña, sin dejar de temblar, se comió solo parte del pan que recogimos para ella y envolvió cuidadosamente el resto en un trozo de periódico. Esto es para mi hermanito, dijo. Luego permaneció sentada sin moverse mientras la dibujábamos".

(Extracto de Humo Humano / Los orígenes de la Segunda Guerra Mundial y el fin de la civilización de Nicholson Baker)

Sobre la impotencia del dibujo

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