Está quietito. Tranqui. Hace unos 200 días que parece que estuviera meditando. O haciendo yoga. Tanto, que hace medio siglo que no se lo veía así. Al revés de arriba, foto de días de stellar party: "tiremos el equivalente a la masa de varios planetas por la ventana".
Grande como el sol, el sol tiene sus costumbres, que son tan poco conocidas como su piel (ver arriba). Hugo Robles, contínuo aportante, encontró este link http://www.boston.com/bigpicture/2008/10/the_sun.html, con una fotos que obligan a abrir la boca y producen una mezcla de maravilla, angustia, admiración y temor. Precisamente todas las cosas que se sienten, dicen, frente a la presencia de lo inefable. Lo divino. No es raro que durante milenios hayamos tratado a nuestra estrella como a una divinidad (eso que no la veíamos de cerca). Hagan doble click sobre estas imágenes y en el cuerpo algo les hará cuiqui.
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