domingo, agosto 31, 2008

Alguno, de vez en cuando, viene y cita al comerciante de armas que tenía un poeta enterrado dentro: Yo soy un otro. Sin embargo, mucha más cotidianamente lo que se nos impone es lo que nos falta. La pérdida, la sustración, lo que no está y así, pese a nuestros verseos, nos definimos también por lo que nos ausenta: el peldaño desaparecido, la cuerda cortada, el momento capella del cantante abandonado por la orquesta. ¿Qué hacer con el vacío?

Cecilia Martínez pertenece a la estirpe de los que deciden plantar cara y subir la apuesta, convirtiéndose en exploradora. Cruzar fronteras. Ir y volver: creando mapas del sentido para los sentidos. Arte.

Haciendo música para la propia capella

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