miércoles, octubre 10, 2007

1994. Anne Hamilton alfombra el piso de una galería con pelo de caballo. Distribuye de tal forma los matices de colores que -quienes visitan el lugar lo recuerdan así- se aprecia un símil de superficie acuática. En medio de tal laguna, durante 9 meses, una persona -sentada frente a un escritorio solitario- lee un libro en silencio, línea por línea, y procede, también línea por línea, a quemar el texto con un lápiz-cauterizador. En el perímetro externo de la galería, una grabación emite el murmullo de un hombre. El nombre de la obra es "Tropos".

http://www.pbs.org/art21/artists/hamilton/card3.html

Escribo lo anterior mirando el cielo oscurecido de la futura Nueva Venecia en que se convertirá Buenos Aires. Dando ojeadas a un cielo de blanco ensimismado, debajo del cual el nuevo de los plátanos orientales, insolentes de primavera, hace lo suyo: insistir.

La erótica de insistir

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