sábado, enero 21, 2012























Ehécatl, el dios del viento azteca nos visita. Da audiencia a los interesados en la planta baja de Fundación Proa, en Pedro de Mendoza 1929, ciudad de Buenos Aires (Argentina). No por siempre. El 22 de Febrero emprenderá el regreso a su tierra natal, llevándose su collar. Uno que parece un sol partido al medio con un espiral sumido dentro, pero que los antropólogos aseguran que es una caracola de esas que braman. Ambas cosas pueden ser, ya que su aliento "inicia el movimiento del Sol, anuncia y hace a un lado a la lluvia. Trae vida a lo que está inerte". Por si tal trabajo fuese poco, el buen Ehécatl, es el responsable de haberle regalado a la humanidad la capacidad de amar. Es que sabía las tormentas que iba a generar todo el asunto.


Lo que nos pone en movimiento

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