viernes, febrero 11, 2011

Continúa la graffiti opera de Banksy y los Oscars. Los machos alfa de la Academia de Artes y Bla, Bla, Bla,... decidieron que el artista no sería bien recibido en el escenario del Apollo Theatre si, eventualmente, ganaba el premio al mejor documental en pocos días más. ¿Por qué? La certeza de que se presentaría con su capucha ocultando el rostro. No se trata de que a los ricos y poderosos de Hollywood les desagrade la ropa de raper o joven suburbano o esquive el atractivo de algo de misterio. No, lo que les molesta no tener el control sobre el artista. En particular porque se trataría de la primera vez en la historia en que el premio lo gana alguien de identidad desconocida. Y si algo molesta en esta tardomodernidad es que alguien posea fama y no una cara que pueda venderse (aunque sea fea, vulgar, humana, no retocada ni producida). De hecho, hace pocos días, eBay retiró de su sitio de subastas el remate de la (presunta) identidad de Banksy. Alguien la ofrecía por US$ 1 millón, a entregar escrita en un papel sólo a quien pusiera ese dinero. Aunque muchos no lo consideren un creador relevante, lo cierto es que el artista pertenece a la tradición más que honorable, y siempre escasa, de los grandes satiristas odiados y temidos por los poderosos. Y sus acciones poseen más impacto social que el de la mayoría de los duchampianos SXXI. De hecho, la academia de Hollywood confirmó que se obligó a firmar al productor de Exit throught the gift shop (el film nominado) varios documentos asegurando que Banksy no venderá o alterará la estatuilla de forma alguna.



Puede haber agentes secretos, cuentas suizas secretas, pero no artistas secretos. ¿Qué dice (de nosotros) eso?


1 Comentarios:

Blogger mariano Botas dijo...

Hola Rodrigo!
como estas?

trate de enviarte un e-mail y me reboto tu ciudad.com.ar...tenes otro?

que estes muy bien
abrazo
Mariano Botas

1:49 p. m.  

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