Es difícil hablar de los sentimientos que, como un géiser invertido, arco iris negro, aparecen con la pérdida de un amigo que se ha muerto. En una semana más será el segundo mes de un mundo, de varios "mundos", sin Germán Maldonado Caerols. Todavía no creo que no pisará más Buenos Aires, que no me dirá -exultante en su malicia- algo brutal y políticamente incorrecto, que no argumentará absurdos sobre la nieve y la civilización. Ni homenaje ni nada, sino simple nostalgia tierna, cuelgo esta foto que le he robado, de Facebook, a su gran amiga Andrea Orozco en esta tarde de tormenta que viene y baja presión acorde, ambiente "ideal" en que solía sonar el teléfono trayendo su ironía, junto con el pedido de un Germán en mangas de camisa Christian Lacroix, allá, muy lejos, en "La Isla".

Aquellas llamadas en tardes de bajísima presión