En un época en la que únicamente los metereólogos y los niños levantan su cabeza con curiosidad y pasión hacia el cielo y en la que las nubes que más interés provocan -a menos que uno esté "arriba" de ellas en alguna forma de deporte Xtreme-, encontrar un amigo que se sienta atraído por esas formaciones que cuestionan la idea de identidad (¿puede aplicarse la descripción de "individual" a una nube?) agrada. Es lo que le ocurre a Blojeans con Ariel. En sus correrías por el mundo, ya sea en México o en Eslovenia, las retrata. Y comparte. Estas pasearon por sobre Ljubliana hace unas semanas, anunciando el invierno y las nieves.

Los famosos "nubelistas" que les dicen...