domingo, junio 17, 2007

Día del Padre 3: Come with me to the O.K. Corral, boy...

Mi viejo -ah, la misteriosa e insoportablemente autónoma vida de los padres antes que uno haya existido- había sido vaquero en the Far South (incluso una vez había huído en medio de una lluvia de balas, lo que resultaba particularmente engorroso porque: a) estaba arriba de un caballo y b) era desonhonroso rajar de los disparos perdiendo el ganado que arreaba). Obviamente, quería imitarlo y superarlo (imagen superior). De ser posible también en el espacio o en la entonces misteriosas URSS y Mongolia:

Memorias de un cosaco

Me contaron de un cosaco
que bailando
muy allá arriba,
lejos de sus tierras del Caspio,
tropezó
con un colmillo de mamut
que afloraba apenas sobre el ras del suelo,
tieso
permafrost siberiano.
También que le sacó un trozo
y se hizo con él varios dados.
Luego supe
que era yo, tratando
de bailar en cuclillas,
a mis dos o tres años.

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