Para nada en una galaxia muy, muy lejana (de hecho en esta misma). Y tampoco en un blog tan distante (aunque no sea éste mismo, pero sí en la familia blogspot), ha nacido Pablo y el Rey, una tira acerca de todo lo que está en los intersticios del todo. O sobre cómo "En abril de 1959 Pablo Picasso puso sus dos piés en el puerto de Los Ángeles y se encontró con que nadie había ido a recibirlo. Si hubiera alegado que era el creador de Guérnica o Las Damas de Aviñón, la noticia habría dado la vuelta al mundo; pero para las autoridades de migraciones, aquel mecánico del carguero Le Canard Blanche, llamado Jean Marie Trinité, con sus manos hulkianas y mirada libidinosa, no era más que otro marinero medio loco. Gracias, América. Así, con el consabido saco cilíndrico de lona, el malagueño desapareció, sonriente como en mucho tiempo, en California". O no.
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