Quien hereda no roba. O, mejor dicho, como en un pootlach invertido: al quitar, multiplica sin empobrecer al esquilmado. Al contrario: lo prosperiza, sea el padre, la madre, la cultura, en fin, todas aquellas formas de recreación que son eso que llamamos linaje. Nina Kovensky, la jovencisísima de los KCreadores, con sus collages de imágenes realizadas por medio de una cámara de fotos analógicas, es un ejemplo de ello. Como en todo artista nuevo se nota la ternura y, a la vez, desenfado con que trata las posibilidades que le dan sus herramientas. Y eso, siempre, o casi, es como una remake de la mañana del mundo.
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