jueves, marzo 18, 2010

Hubo guerras recientes en las cuales 160 personas morían en una hora y no en varios años. Pero la muerte no es un asunto de números, en especial cuando la lucha contra una teocracia religiosa se ha convertido en el apoyo a una cleptocracia (gobierno de los ladrones) que augura un futuro nada bueno, como es el caso de Afganistán.

El artista inglés Steve McQueen (de cuyo trabajo y carrera hay un retrato muy interesante en "Siete días en el mundo del arte") lleva adelante un proyecto para que las 160 personas que murieron no pasen, así sin más, al baúl estadístico de la Historia. Consiguió la autorización de su familiares para crear estampillas (falsas), como parte de una campaña para que el correo de su país use los rostros de los caídos en los sello, cosa que provoca reluctancia en las autoridades que comprenden el fuerte sentimiento anti bélico que puede promover tal visión.


Ni como estampillas

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