Cuenta regresiva para el regreso del nuevamente redivivo Dr. Who, ahora en la piel del debutante Matt Smith. Sin embargo, el nativo más eminente y generoso del extinto Planeta Gallifrey deberá enfrentar –en esta nueva reencarnación– a quien será, tal vez, su adversario más cruel, poderoso y despiadado: el posible nuevo gobierno conservador británico y a ese amigo tan querido por los peores conservadores (a veces autoproclamdos libertarios) del planeta: Rupert "Tiburón blanco" Murdoch. Archienemigo de la BBC y de cualquier cosa pública que funcione bien (el razonamiento de los ciudadanos, por ejemplo), el empresario australiano presiona desde hace tiempo para el desguace parcial de la BBC-TV y las regulaciones televisivas británicas. ¿La razón? So much money, dear, a obtener con sus propias cadenas de TV.
Sí, Murdoch desea expandir su imperio mediático con el cual promueve guerras (en las que mueren no precisamente ni su familia ni sus socios) y ataca la creación de planes de salud para los más pobres como un atisbo de dictadura socialista. El nuevo encargado del control de la serie, Steven Moffat (guionista de capítulos como Blink y The girl in the chimney), lo tiene clarísimo y aquí habla de ello. Y también de los cambios que impulsó al llegar a ese cargo tan codiciado.
La saga continúa
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