"El Sr. Rohmer fue el maestro de tacto - tacto en la forma en que sus personajes se comportan unos con otros, el tacto de la manera que él mismo, como director, dio vida a sus cuentos y, finalmente, el tacto con la verdad y la ficción. En sus manos, el sexo puede ser suspendido, y la pasión, sin dejar de hervir, volverse fría....
... No puedo olvidar la escena en "Mi noche con Maud", cuando el ingeniero muy piadoso en el traje de negocios decide sentarse en la cama de Maud, mientras que ella yace bajo las sábanas con sólo una remera, decidida a seducirlo. Se miran el uno al otro, y ellos hablan, ella le cuenta cosas y él le cuenta cosas, y siguen hablando, y está claro para todos, incluyendo a los propios personajes, que aunque esta extraña pareja acaba de conocerse horas antes, y puede no compartir un trozo de amor entre ellos, lo que estamos presenciando es una de las escenas más íntimas en la historia del cine".
El texto anterior es de André Aciman, novelista y profesor de literatura comparada en la City University de New York. En la versión completa, se dedica a revisar el trabajo de Eric Rohmer y enfrentarlo con los clichés que surgieron en los homenajes debido a su muerte, reivindicando la sutileza y la pasión con la cual, el cineasta, dice, hace arte al poner a sus personajes a razonar con el caos del existir. Caos que no tiene poco que ver con lo que Pascal definió con tanta claridad, dejándole la pelota preparada frente al arco a Freud, el hecho de que "el corazón tiene razones que la razón no conoce".
El no tan misterioso caso de la razón corta de vista
Good post and this fill someone in on helped me alot in my college assignement. Say thank you you for your information.
ResponderBorrar