Amigos, este plog tiene gusto por dejar el dramatis personae, la inti-mitá, escondida tras el tupido velo, pero hoy se hará excepción: antes de ayer, al descubrir la existencia de William Kentridge y comenzar a mirar sus dibujos en la (L)interneta, a los ojos se me vino la emoción en agua. Es un rayo de carbonilla que cae (y descae, con las florituras que hace con la goma de borrar) desde el cielo de Durero, cruza la tormenta Goya, y los vientos de la paleta anguish de Bacon
Habrá plumas flamencas y cosa tana, imagino, también en los hombros de los gigantes que lo han traído hasta aquí. Kentridge, sudafricano, pose eso que en inglés se llama "a flash of genius". Ha creado una técnica de animación nueva: maravilla y conmueve.
Del material que hay en youtube, seleccioné este link (imágenes de abajo) con un fragmento de seis minutos de su puesta para La Flauta Mágica de Mozart (http://www.youtube.com/watch?v=Nn38eZC84oo&feature=related). Mirarlos requiere una concentración especial ya que realmente nos muestra que, si bien somos sofisticadísimos para "leer" las gramáticas de las series de TV, los cines y las galerías de la conceptualia nos quedamos en cueros apenas alguien se sale de esas fiestas y se aviene a decirnos que hay más posibilidades en nuestros sentidos de las que creemos.
1 Comentarios:
hoy nos podemos imaginar rinocerontes colgados de arneces, y quizás nos olvidemos de cierta fisionomía... pero esas manchas y esas luces son diganas de estremesimiento!
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