Domingo. Baja presión, humedad, frente de tormenta ad portas, provincia de Buenos Aires. Una inesperada sucesión de eventos desafortunados llevan a que Blojeans se encuentre, de pronto, a varias decenas de kilómetros de su objetivo (¡sin saber claramente cómo llegar!): el cumpleaños de la fotógrafa de tres años
Sophie Barros. Por suerte, a veces, cuando Dios cierra una pop-up, después te manda un email. Sucede que, en medio de la nada, un oráculo alado de pestañas largas (arriba) lo anima a mantener la templanza. Y, claro, la visión de un auto totalmente tapado de peluches desata un duelo de fotografías con
Cecilia Martínez, artista que también ha sido atrapada por el maëlstrom (abajo, desenfundando) de la confusión.
¡Click!
Y así como otros, en una encrucijada de rutas olvidadas se encuentran con el diablo o una esfinge, la rueda de la fortuna, otra vez benévola con Blojeans, le coloca en cambio ese piquete de peluches amigos: por ello, cuando el remisero –que los lleva, luego, a su destino– se pierde, tras 45 minutos de recorrido (¡¡eso que el pelotero-meta está a tres cuadras de su ex casa en que vivió 18 años, a metros de mitológica
La Parada de la Rubia!!), el humor en vez de derrumbarse, crece: con un retrato así el día está salvo...
Cosas que te pasan si sos Blojeans (..y claro que es una copia de Liniers)
Se fueron a cualquier lugar!
ResponderBorrarUna aventura en el 60 y en remis, por el conurbano bonaerense, zona norte.
ResponderBorrarpst! ahí colgué algo. las fotos del cumple vienen después!
ResponderBorraryo me hubiera robado todos esos peluches
ResponderBorrar...lo curioso es como el otro, se las arregla para tener una adolescencia a los 40...lo abismal es que al que yo conozco por Rodrigo, se las arregle para chatear conmigo a la misma hora...¿O no era yo?
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