Están los amigos/as reales. No menos importantes son los amigos internos: esas partes de uno mismo que siguen -rotando afectuosas- con la actitud de tiempos que se dejaron atrás (el chico que intenta fabricar cohetes de combustible líquido y grita con las primeras explosiones, por ejemplo). Y, luego, también generalmente invisibles, como estos últimos, hacen acto de presencia los amigos imaginarios. Aquí uno de los recientes: Armando Fantes, un entusiasta de esos raros aros nuevos.
Armándose de amigos
Armándose de amigos
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