En una nueva prueba de que los chicos (y las chicas, viceversa) se casan con las chicas del barrio. Y que si pinta una invasión, ellos después vuelven a casa o -a lo más- se llevan a la novia; estudios genéticos de la población europea revelan que la mitad de los genes de un europeo típico se concentran en 310 km en torno a su país de origen y el 90% en 700 km. Lo cual muestra que "la diversidad genética en Europa es muy baja. No es realmente mucha", asegura Manfred Kayser, dándole la razón al sabio Sigmund F. que ya había adelantado que, mientras más se parece la gente, más se pelea por nimiedades: "me parece que tu rubio no es bávaro, Fritz", "no se de qué me hablas Klaus, el tuyo más que Frisio, parece de esas pulgas húmedas del Véneto" y vamos sacando cuchillos e inventando que Dios quiere una guerra de los clones buenos contra los clones malos. Freud lo bautizó como el narcisismo de la pequeña diferencia: ¿Por qué mi hermano tiene 1 ml cúbico más de mermelada sobre su tostada gigantesca, mamá (puchero..)?
Conclusión: si quieres aventuras en una verdadera selva de diversidad genética humana, instálate o quédate en Australia, Brasil y/o Argentina. En EE.UU. también, pero ahí están todos medio demasiado gorditos con tanto pig mac.
(El trabajo en cuestión: http://www.newscientist.com/article/dn14631-human-geography-is-mapped-in-the-genes.html?DCMP=ILC-hmts&nsref=specrt13_head_Gene%20geography)
En la variedad está el gusto
ah!ahora entiendo todo.
ResponderBorrarmuy bueno!
ResponderBorrary el otro 10 % de los europeos esta aca en bs as buscando argentinitas tilingas.
che, baby, no entendi lo de "obibest", me explicas???
te puse en el reader, ahora que tengo eso, todo es mas facil.
ah! you can link me again.
besotes