A veces colorera. Aunque poco amigo de Gucci, hay reconocer que la combinación (abajo) tiene su gracia.
Pero, si aventuras cromáticas se trata, el abanico-porta-en-mano (abajo) es un Rubicón que Blojeans no cruzará. Los pantalones, en cambio, res bián.
Luego, puestos a vagar por ropas extrañas, lo de Alexander McQueen (abajo) tiene su punto.
El tigre peluchón de Frankie Morello, en cambio, diatriba tribal. No.
Ello no obsta a que no haya audacias para admirar: Abajo, la del traje "markrotkhkiano" (Guardian dixit). La verdad ¡¡muy bien Jil Sander!! (nacida Heidemarie Jiline Sander in Wesselburen, cerca de Hamburgo, Alemania en 1943).
Pero de lo visto, Blojeans siente la mayor de las fantasías por las creaciones de Vivienne Westwood. En particular por los ataques que recibió por reivindicar a los gitanos en un norte italiano siempre tentado de caer en caricaturas policiales (excluyo a la amada Génova), producto al parecer de casi tres siglos de pelotudismo austro-húngaro y veinte años de narcismo mussolinianiano. "Su romaticismo retrasa 10 años", escribió la critica milanesa, olvidando que los pogroms antigitanos retrasan 100.
La pícara Vivianne presentó también su visión del fauno siglo XXI (abajo). Muy bien el cinturón y dónde está puesto.
...Richard tenía razón... pasas demasiadas horas tratando de combinar.
ResponderBorrarPero estar "a tono" no es "estar a la altura".
Pues, querido dile que los menos dotados por la naturaleza y la contingencia(tanto en ojos verdes como en certezas fuertes sobre el sentido de la vida y las cosas)nos vemos en la obligación de combinar con el juego de química del día a día y, claro, nos suele explotar -de cuando en vez- alguna combinación.
ResponderBorrar...te explota...el orto, trolo...
ResponderBorrarA vos te hicieron con celulas "madre".
¿Algún comentario más? Sobre los gitanos o el arte degenerado ¿por ejemplo?
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