Blojeans se encuentra esperando su turno. Cerca de él tres mujeres jóvenes se detienen al encontrarse con el amigo de una de ellas:
-¡Matías! ¡Hola! Te presento a mis amigas: Berenice y Justine.
Se saludan, cambian unos gestos de reconocimientos y las chicas siguen su camino, no sin que Blojeans advierta -de pronto- que las tres están embarazadas y se imagine que Berenice y Justine son hermanas: bellamente parecidas como, a medida que se alejan, se inventa recordar que eran. ¿Qué padre le pondría a una de sus hijas el nombre de una heroína de Racine y a la otra el de una heroína de Sade?
Embarazaciones
...que situación embarazosa!
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