¿Nada nuevo bajo el sol? Un granjero caminaba con su familia por el noroeste de Madagascar y se encontró con una palmera bastante rara. No por su altura (18 metros), las hay más altas, tanto cuanto por que se parecía a un ágave (esas plantas espinosas de las que se saca el tequila), al salir de su centro un inmenso tallo de cinco metros del cual se disparaban cientos y cientos de flores. Nunca había visto algo igual. El resto de la humanidad, tampoco. Al menos nadie lo había registrado. Le tomó unas fotos y -era que no- fueron a parar al Royal Kew Garden de Londres.
Y ahí los ven (arriba) a los botánicos y tutti quanti todos alborotados: se trata no sólo de una especie nueva, sino de un género támbién de estreno. Siguiendo una costumbre tan útil como, a estas alturas, simpática, la bautizaron Tahina spectabilis. Tahina es el nombre de la hija del campesino que la descubrió y spectabilis quiere decir (a ser protegida). Dicen que si uno la busca con el google earth la puede divisar:
http://www.guardian.co.uk/science/2008/jan/16/giant.palm
¡¡Péctacular!! Y no unicamente de palmas gigantes vivimos los curiosos. También de ratones (en realidad un roedor) jumbo size., como el del cráneo adjunto: hace seis millones de años retozaba por acá mismo, grande como una vaca grande de una tonelada. Herbívoro y probable presa de unos seudo-ñandúes también gigantosos y ¡¡carnívoros!! como los ¿tigres? o pumas dientes de sable. Este último descubrimiento se debe a paleontólogos uruguayos, país que no tendrá al dinosaurio más grandote del planeta (Argentinosuaro no se cuántos), pero si al cuis más voluminoso. Se vienen chistes varios y obvios en masa.
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