sábado, diciembre 29, 2007

Lo sabemos, el arte (o las ganas -amorosas- de mundo) juega a las escondidas y salta como la perdiz donde menos se lo espera. Por ello, Blojeans no se sorprende, feliz, de encontrarlo en un mantel. No sólo porque recuerde cuando el bar El taller -en Palermo, Buenos Aires- tenía sus menús ilustrados con dibujos de Saul Steinberg (o piense en ese aquel altri tempi en el cual, con el tentado de finta rimbaudiana Estol, él mismo procedía a dibujar sobre manteles en R. Peña y Santa Fe), sino porque los artistas de la "Lira Popular", así, a fuer de comerciales, apuretes, y sin ánimo de inmortalidad ninguna hacían cosas tan vivas y fuertes como las que muestra este detalle:

O el árbol y el perro proto-snoupiano, con esos ojos entre melancos y sabihóndos,

Grandes, lo aceptamos ahora, ellos. Por eso que nos recortamos a mano limpia los ejemplos posteados. Un bonus track especial lo constituye el hecho de que en tal misión nos acompañe SyP (abajo a la izquierda), amén de dibujante, fotógrafa, bloguera de fuste, alma y señor mío, a quien -como corresponde a todo viajero de la modernidad- Blojeans se encuentra en el restaurante Liguria, y sucede como en esas pelis (o relatos) en que dos exploradores se cruzan en medio del vasto Amazonas (o en las tierras altas de Papúa), y comparten sus entusiasmo ante la siempre totalmente maravillosa variedad del mundo y la experiencia.
Noche de verano con dibujantes populares decimonónicos

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