OK. Todos usamos máscaras. Pero los artistas solemos portar unas notoriamente inadecuadas e imprácticas, aunque a veces resulten estimulantes.
Imagen: Saúl Steinberg con una de sus genialidades: la mini-máscara de sí mismo.
Sí, sí...ya se que es un baile de máscaras, pero ¿qué música están tocando?
los que no somos artistas, también.
ResponderBorrarDiscrepo. Las máscaras de los no artistas son: o útiles o neuróticas. Sirven para conseguir o evitar cosas y situaciones. Los artistas tb usan de ese tipo de máscaras, pero pueden y -de hecho, en el aspecto de la modernidad que es todavía herencia del romanticismo- tienen que usar máscaras de otra variedad:la que expresa las posibilidades de una identidad y su reinvención. El artista hace algo con lo que le ha pasado y para hacerlo se ve obligado a elegir un linaje con el cual filiarse. La máscara que emerje de aceptar una carga y utilizar un don es cualitativamente distinta de la máscara que tengo que usar para evitar para ponerme bravo y evitar que me roben los cajeros o los taxistas. Eso no hace a los artistas mejores ni superiores. De hecho, la máscara mutante del artista suele ser -no siempre- su único camino de tener un yo viable (el famoso "pasaje de vuelta" del mundo de la desestructuración.
ResponderBorrarNo pretendía una discusión teórica. Mi comentario apuntaba simplemente a que los que no somos artistas también solemos portar máscaras inadecuadas y poco prácticas.
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