viernes, agosto 17, 2007

OK. Todos usamos máscaras. Pero los artistas solemos portar unas notoriamente inadecuadas e imprácticas, aunque a veces resulten estimulantes.

Imagen: Saúl Steinberg con una de sus genialidades: la mini-máscara de sí mismo.

Sí, sí...ya se que es un baile de máscaras, pero ¿qué música están tocando?

3 comentarios:

  1. Anónimo2:22 p. m.

    los que no somos artistas, también.

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  2. Discrepo. Las máscaras de los no artistas son: o útiles o neuróticas. Sirven para conseguir o evitar cosas y situaciones. Los artistas tb usan de ese tipo de máscaras, pero pueden y -de hecho, en el aspecto de la modernidad que es todavía herencia del romanticismo- tienen que usar máscaras de otra variedad:la que expresa las posibilidades de una identidad y su reinvención. El artista hace algo con lo que le ha pasado y para hacerlo se ve obligado a elegir un linaje con el cual filiarse. La máscara que emerje de aceptar una carga y utilizar un don es cualitativamente distinta de la máscara que tengo que usar para evitar para ponerme bravo y evitar que me roben los cajeros o los taxistas. Eso no hace a los artistas mejores ni superiores. De hecho, la máscara mutante del artista suele ser -no siempre- su único camino de tener un yo viable (el famoso "pasaje de vuelta" del mundo de la desestructuración.

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  3. Anónimo3:00 p. m.

    No pretendía una discusión teórica. Mi comentario apuntaba simplemente a que los que no somos artistas también solemos portar máscaras inadecuadas y poco prácticas.

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