"Cuando la terminé, sentí que había fracasado y que nunca volvería a trabajar en esto". Lo dice Dagur Kari, autor de "Noi, el albino", cuando cuenta el sentimiento que lo embargó luego de hacer "tres películas distintas en la sala de edición antes de llegar a la definitiva". Me acuerdo de lo que sentenciaba Pepe Donoso sobre esto de recortar: "Los buenos artistas son los que saben podar".
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