"¿Qué parecido? Hay muchos parecidos", dice Martín como contraargumento frente a ese gran esterilizador que es creer que "si no se parece", el dibujo salió "malo". Es más importante entender y comprometerse -agrega- con la certeza de que al dibujar en acto, algo se transforma (interiormente)y eso es más importante que el parecido. No se trata ni de despreciar ni de no pelear con lo visible para capturarlo. ¿Cómo enfrentar entonces la tortura de lograr o no un "parecido"? "Preocupándonos por eso, pero sin estar preocupado por eso". Zensatez impura.
Arriba, retrato de Percy.
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