El domingo murió en San Francisco Joe Rosenthal, el fotógrafo que tomó la que fue una de las fotos más famosas de la Segunda Guerra: los soldados gringos levantando la bandera sobre el campo de batalla de Iwo Jima en febrero de 1945. La toma se convirtió en un ícono tan poderoso que sirvió para la sátira y la publicidad. Por casualidad, estos días, una agencia internacional registró este híbrido tan extraño como sugerente: una mezcla del perfil de la imagen original con restos de la estética de los afiches comunistas en China.
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