Sara Fanelli pone en la puerta de su casa-site a un perruno con la frase: "La verdad es raramente pura y nunca simple". Renuentes a tal franqueza, caemos en la lona de la lucidez con el golpe y, de pasada, comprobamos el acierto de la "cocina" kovenskiana: la escritura y el dibujo son un matrimonio que rara vez se lleva bien pero, cuando lo hace, es feliz.
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