Fragmento de una foto de Ariel (Diacovetsky) de una amiga suya en un café de París. Más allá de los harakiris de envidias varias, esta imagen trae una pregunta: Si la (esta) fotografía logra transmitir el gozo, el contento, de una persona en un segundo de manera tan real ¿qué puede hacer un dibujante dispuesto frente a la misma escena con un lápiz y un papel? Digo, liberado/derrotado de su (un) deseo de exactitud "fotográfica" ¿qué mundo de deseos se le abren?
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